Una de esas barreras es el sesgo por el presente, por el cual sobrevaloramos el bienestar presente, respecto al futuro, lo que nos lleva a tomar decisiones que se asimilan a falta de autocontrol porque no son coherentes con los planes que realizamos para el futuro. Esto lleva a posponer constantemente las acciones que implican un costo inmediato, como por ejemplo hacer ejercicio, organizar la biblioteca de la casa que llevo años planeando ordenar, empezar a escribir el reporte para enviar a mi jefe, hacer dieta e incluso ahorrar. Pero es necesario empezar a tomar esas decisiones para poder cumplir con nuestros propósitos.

A menudo, nos encontramos haciendo planes para lograr nuestros objetivos y cumplir nuestras metas. Sin embargo, en muchos casos, esos planes nunca llegan a ejecutarse. ¿Por qué sucede esto?

Hay varias razones por las cuales no ejecutamos nuestros planes. Te cuento algunas de las más comunes:

1. Falta de claridad en los objetivos: Si no tenemos objetivos claros y bien definidos, es difícil saber qué pasos tomar para lograrlos. En este caso, es importante tomarse el tiempo necesario para definir claramente lo que se quiere lograr y cómo se va a lograr.

2. Falta de motivación: Si no estamos realmente motivados para lograr nuestros objetivos, es probable que no pongamos el esfuerzo necesario para ejecutar nuestros planes. En este caso, es importante buscar la motivación necesaria para mantenernos enfocados y comprometidos con nuestros objetivos.

3. Miedo al fracaso: El miedo al fracaso puede ser una gran barrera para ejecutar nuestros planes. Si tenemos miedo de fracasar, es posible que no nos sintamos cómodos asumiendo riesgos necesarios para lograr nuestros objetivos. En este caso, es importante recordar que el fracaso es una parte natural del proceso de aprendizaje y que podemos aprender mucho de nuestras experiencias negativas.

4. Falta de recursos: Si no contamos con los recursos necesarios para llevar a cabo nuestros planes, es probable que no los ejecutemos. En este caso, es importante identificar qué recursos necesitamos y buscar maneras de obtenerlos o buscar alternativas viables.

Una vez que hemos identificado las razones por las que no hemos ejecutado nuestros planes, es importante tomar acción para superar los desafíos y avanzar hacia nuestros objetivos. Es posible que esto implique enfrentar retos, salir de nuestra zona de confort y tomar decisiones difíciles, pero al final del día, estas acciones nos llevarán más cerca de lo que queremos lograr. Por esto, que hoy hablaremos de 3 estrategias para cumplir nuestros objetivos:

 

1. Crear un compromiso o acuerdo para alcanzar una meta o un plan futuro.

Los compromisos hacen un poco más costoso posponer esas acciones que nos dan una gratificación inmediata. Un compromiso puede ser una regla simple de organización, como por ejemplo poner los dulces en un cajón con llave y guardar la llave en un lugar lejano a la cocina de tal manera que aumentamos el costo de comernos un dulce cuando más tenemos ganas de hacerlo.

En el contexto de las decisiones financieras, un compromiso puede ser conformar un fondo de ahorro destinado a situaciones de emergencia. Este fondo debe contar con un ahorro que cubra tus gastos durante mínimo 3 meses.

2. Usar etiquetas

Si además de conformar un fondo de ahorro, definimos un propósito para usar el dinero ahorrado – se pone un nombre al fondo, se imprime una foto con el propósito y se pega en la nevera o se pone una etiqueta, será muy costoso usar el dinero ahorrado en ese fondo para algo distinto a lo inicialmente establecido.

 

3. Un nuevo comienzo

Otra estrategia es crear un compromiso hoy de empezar a ahorrar en una fecha futura. Este tipo de iniciativas han probado ser muy exitosas en el caso del ahorro para el retiro. Cuando las personas deben empezar a ahorrar hoy, sienten una disminución en el ingreso disponible que se traduce en una pérdida. Por esa razón, tomar la decisión hoy de empezar a ahorrar mañana o en el futuro hace que no se sienta la pérdida y estemos más dispuestos a tomar la decisión de empezar a ahorrar. Pero entonces, ¿cuándo es un buen momento para empezar ahorrar mañana? ¿cuándo es mañana? Que tal si aprovechamos el momento que estamos viviendo para comprometernos hoy a empezar a ahorrar tan pronto pase la cuarentena. Este sería un nuevo comienzo para darle una oportunidad para mejorar nuestro comportamiento de ahorro. 

En estos momentos de estrés financiero, la ansiedad e incertidumbre ocupan nuestra mente y nuestro esfuerzo. Por esta razón, debemos pensar en eliminar la necesidad de tomar decisiones todos los días sobre nuestro futuro. Es por esto que crear una rutina de ahorro con amigos o familiares, crear un propósito de ahorro, y tomar la decisión hoy de empezar a ahorrar en el futuro, son algunos de las herramientas simples y útiles que nos pueden ayudar a acercar nuestras decisiones diarias con nuestras intenciones de largo plazo.